lunes, 8 de noviembre de 2010

Tu libertad miserable.

Espero que ahora, sin mi, te sientas libre. Espero que tener obligaciones familiares, las que nunca quisiste tener conmigo, te hagan sentir que tienes alas.

Espero que hayas aprendido también que cuando se acepta todo sin dar nada, puedes sentir que no eres libre, porque antes has hecho esclavo a otro.

Y que si ahora eres libre, es porque te están regalando migajas de libertad a cambio de algo que nunca quisiste darme a mi. Que estás pagando una ilusión de libertad a cambio de un precio más alto y seguro, como no, de dinero. Que no fuiste libre, porque ante todo fuiste egoista.

Enhorabuena por tu libertad actual. Se te olvidó devolverme la mía cuando te fuiste, porque no serviste ni para decirme que me dejabas por una fulana.

Yo te quitaba tu libertad... y tu cobardía ¿quien te enseñó a tenerla?

Puede que ahora te sientas libre, aunque no lo seas y que disfrutes el espejismo de sentirlo. Disfruta también la certeza de ser sólo un miserable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario