martes, 10 de agosto de 2010

Más lluvia

Vuelve a llover. Media noche y otra vez ha vuelto la lluvia tranquila. Anoche soñé que estábamos reunidos en el trabajo. Hablaba él, pero no hablaba, creo que... cantaba. Y me acariciaba la mejilla, mientras le mantenía la mirada al resto de la gente. Fue como si, con una mano, se llevase toda la tristeza que acumulé durante años y como si retase al mundo a juzgarle por tenerme cariño. Sólo cariño, que no hay más. No sé si el resto de la gente miraba. Yo agachaba la cabeza y sólo sentía su mano. Todo giraba y sólo sentía su mano.

Sonó el despertador.

No, no quiero querer a nadie. Y no hay nadie que me pueda querer, ni quiero que me quieran. Quiero tener un bebé. Un hijo. Algo para siempre. Algo que no me pueda quitar nadie. Ni aunque la vida me lo arrancase, dejaría de ser madre. Qué miedo me da desear...

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